viernes, 28 de mayo de 2010


Acerca de la vida.

La vida no es acerca de mantener una puntuación.
No es acerca de cuantos amigos tienes o cuan aceptado eres.
No es acerca de si tienes planes este fin de semana o si estás solo.
No es acerca de con quien salgas, quien sea tu cita, con cuantas personas salgas, o si no tienes ninguna de estas.
No es acerca de a quien hayas besado, no es acerca de sexo.
No es acerca de quien es tu familia o cuanto dinero ellos tienen, o que tipo de auto manejas.
No es acerca de cuan hermoso o feo seas.

O que ropa vistas, que zapatos traes, o que tipo de música escuchas.

No es acerca de si tu pelo es rubio, rojo, negro o marrón, o si tu piel es blanca o negra.
No es acerca de que grado hayas obtenido, cuan listo eres, cuan listo crean que tu eres o cuan listo diga un examen que tu eres.
No es acerca de a que club perteneces o cuan bueno seas en un deporte.
No es acerca de representarte en un pedazo de papel y ver quien “aceptara tu escrito”.

La vida no es justa…..
Pero, vida es acerca de a quien amas y a quien hieres.

Es acerca de a quien hagas feliz o infeliz a propósito.
Es acerca de mantener o traicionar la confianza.
Es acerca de amistades, usadas como una santidad o un arma.
Es acerca de que dices y con que significado, tal vez perjudicial, tal vez alentador.
Es acerca de que juicio haces, porque y a quien extiendes el juicio.
Es acerca de a quien ignoras intencionalmente.
Es acerca de celos, miedo, ignorancia y venganza.
Es acerca de cargar en tu interior amor, dejarlo producir, y extenderlo.
Pero lo más importante, es que es acerca de usar la vida para tocar o envenenar los corazones de los demás, algo que no ocurre solo.
Solo tu escoges la forma en que esos corazones serán afectados y de esta elección es que se trata la vida.

NUNCA le prives a alguien de la esperanza….... ....esto es toda la fuerza que ellos tienen.

miércoles, 19 de mayo de 2010


Planificación de Vida: Acción Versus Postergación

Por Dra. Flavia Frejman y Dra. Débora Grätzer


Mutilados por la postergación, muchas mujeres, hombres y organizaciones ven desperdiciadas sus capacidades y talentos.

¿Cómo poner fin a este mecanismo? ¿Cómo darse el permiso de la acción que conlleva la libertad? ¿Cómo despojarse de la pesada inercia?

Una mirada al Diccionario de la Real Academia Española nos informa que postergar quiere decir: ?hacer sufrir atraso, dejar atrasado algo, ya sea respecto del lugar que debe ocupar, ya del tiempo en que había de tener su efecto? y que procrastinar es, nada más ni nada menos que ?diferir, aplazar?.

Resulta curioso que, tanto en nuestra vida como individuos como en la actividad de las empresas, gestemos sueños y una visión a alcanzar que inicialmente nos movilizan e impulsan nuestra entusiasta energía creativa, para luego desvanecerse cuando nos dejamos envolver, inertes, por el cruel reinado de la procrastinación.

Encubierta tras máscaras que son más bien vanas excusas ?como por ejemplo la ?eterna reflexión que nunca llega a conclusión?- ejerce su dominio la postergación y resulta imposible encaminarse a producir la solución para resolver un problema que arrastramos o dar los pasos para alcanzar una meta anhelada.

La planificación es una actividad que muchas empresas y familias no están habituadas a llevar a cabo. Planificar no consiste simplemente en ordenar las tareas, sino que se trata de un ejercicio mucho más profundo, activo y comprometido, que debe estar seguido de la implementación para resultar eficaz.

En la previsión y la prevención que conllevan una adecuada planificación se conjugan los deseos (materiales, emocionales o espirituales) de un grupo de personas como horizonte a lograr, contextualizados con el estado de situación que nos brinda la realidad.

Sin embargo, una mirada a la aparentemente titánica tarea de enfrentar el cambio nos puede provocar el suficiente malestar como para ?procrastinar?. Entonces retrocedemos abandonando la posición de sujetos que van felices en busca de la concreción de un deseo o proyecto, para convertimos en objetos pasivamente librados a la inacción y al malestar.

El término que nos ocupa, se aplica comúnmente a la sensación de acentuada ansiedad generada ante una tarea pendiente de resolución. Lo que se ?procrastina? puede ser percibido como desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso, aburrido o estresante. Más lo que no se advierte es que esta postergación sólo consigue incrementar la ansiedad y la frustración alejándonos de nuestra meta.

La desconfianza crónica en aquellos que pueden ayudarnos, el descreimiento como hábito de vida, las diferentes formas del pesimismo, la inercia que muchas veces encubre el temor al éxito, nos instalan en la resignada ?costumbre? del malestar en el que estamos de alguna manera acunados, ante el temor de lo desconocido.

Así nos quedamos, amparados bajo la autojustificación y la excusa de la aparente ?prudencia? a la espera del momento oportuno, seguramente mejor, absolutamente irreal e idealizado, en el que todo será más fácil?. ?más adelante?, ?algún día?.

La Visión del Futuro

Al poner sobre la mesa la visión del futuro que queremos alcanzar, podemos sentir miedo al fracaso (una convicción de destino trágico, o de sufrimiento que nos erige ya antes de actuar, en ?perdedores? como una profecía autocumplida).

Mirar hacia adelante puede hacernos sentir abrumados, ya sea por la cantidad de cosas que implican cambiar el rumbo, la responsabilidad que conlleva y el impacto que los cambios tendrán sobre el entorno.

Paradójicamente, la elección termina siendo permanecer en la insatisfacción de ?aguantar? aquello que no nos gusta. Así es como, una vez instalada la procrastinación (el perpetuo dejar para después), comienza la parálisis que conduce a una muerte lenta ya sea de nuestros sueños como individuos, los de una familia o los de los fundadores de una empresa y de todos quienes son partícipes de su destino.

¿Cuál es el resultado de la postergación enraizada en la conducta de quienes tienen a su cargo la dirección de una empresa?

El aplazamiento de la resolución de los problemas. Peor aún: el incremento de los problemas que, lejos de estabilizarse, tienden a multiplicarse y agravarse como una plaga. La persona o la organización se ?enquistan?, sobreviven sin voluntad, y sin accionar en pos de resolver los problemas que los aquejan.

El empresario que deja que su organización esté ganada por el desorden, por los manejos poco profesionales, por deficiencias en la comunicación, por el dominio de los ineptos, por la falta de profesionalización, entre otros muchos males, y aplaza de modo crónico acciones y decisiones fundamentales, sabe mucho de esto y del callejón sin salida que significa contentarse con la seguridad del ?dejar las cosas como están?.

El precio es muy alto. Lo paga él o ella, su familia, la organización toda, hasta sus descendientes. Vale la pena reflexionar.

Son esta inacción y falta de previsión las que pueden ponernos repentinamente de cara con lo inevitable: el estancamiento de la organización, el vacío de soluciones ante el fallecimiento o incapacidad de un familiar o de una persona clave de la empresa, una deuda acuciante, magros resultados económicos, la enemistad de dos socios?una onda expansiva que todo lo cubre.

¿Tiene solución este mal que aqueja a tantos? ¿Tenemos a quién pedir la ayuda adecuada? ¿Hemos acudido a expertos que pudieran colaborar, orientarnos y asistirnos o nos encerramos en nuestra única mirada de la situación? ¿Realmente hemos querido -hasta este momento- solucionar el problema? ¿Nos dimos el permiso de hacer algo por nuestra organización?

En el séptimo arte también se procrastina, pero nosotros podemos cambiar el final en la emblemática película ?Lo que queda del día? (The Remains of the Day), su autodestructivo personaje protagónico resulta muy ilustrativo: escudado en la postergación, el correcto y rígido Primer mayordomo Mr. Stevens deja pasar al amor de su vida, llegando a negar e intentar no sentir ni registrar la necesidad del amor.

Se autoengaña, cumple mecánica y obedientemente con su rutina, actúa como inerte víctima de su destino: ?Total la vida es así, nada puede cambiar?.

Tristemente, aquella muchacha parte para casarse con otro hombre. Es entonces cuando se da cuenta del amor perdido y de que la joven a la que tantos años amó en silencio, esa sencilla y atractiva ama de llaves a la que tuvo tan cerca y de la que vivió enamorado sin jamás decirle nada ni responder a sus intentos de acercamiento, se ha ido.

Cuando Mr. Stevens reacciona y se replantea su vida, solicita el retiro de su metafórica función de mayordomo que le permitía mantener las cosas ?en orden?, inalteradas, sin movimiento, quietas en su lugar.

Ya es demasiado tarde, lo que queda del día no le alcanza para reparar esa deuda consigo mismo. ¿Y si lo hubiera intentado? Durante toda su vida postergó actuar, decidir, preso de un temor enorme y oculto. Nunca se comprometió con su deseo. El protagonista nada puede reparar. Pasó su tiempo de actuar.

La inacción puede convertirse en la ?acción? más dañina hacia nosotros mismos, negándonos la mirada en perspectiva de la situación/realidad a la cual se pretende llegar. Al aplazar, entonces, también postergamos el compromiso con nosotros mismos y los proyectos más profundos y significativos de la propia vida. Nada más errado que cerrar los ojos, cruzar los brazos y postergar. Nada más alejado de la vida y de la creación. Sin embargo, hay otros desenlaces posibles.

La vida de una organización puede, en este aspecto, compararse a la de un individuo, que puede elegir hacerse responsable o no de su destino.

Cuando por fin logramos observarnos y advertimos estar presos en el mecanismo de la postergación, es el momento en que podemos actuar, pedir ayuda, comenzar a solucionar, a intervenir en la realidad, como verdaderos sujetos, dejando de estar entregados a un destino de derrota y fracaso, deshaciéndonos de la resignación frente a lo que no nos gusta ni queremos para nosotros y nuestra empresa.

Pedir ayuda profesional es un gran comienzo. Poner manos a la obra es el comienzo de la solución. Una nueva etapa, cuando todavía queda mucho del día.

lunes, 10 de mayo de 2010

¿Qué son los sueños?
Llamamos sueños a esa serie de imágenes o escenas asociadas a distintas sensaciones y sentimientos que recordamos al despertar, pero ¿exactamente qué son? Nadie lo sabe con certeza. Sin embargo hay muchísimas hipótesis y versiones probables. A continuación te presento algunas de las más diversas y atractivas que he encontrado:
"Un sueño es una manifestación de imágenes -y a veces sonidos- que muestran interrelaciones comunes y no comunes. Es un espejo que refleja algún aspecto de la vida o el inconsciente, un escenario para ensayar posibilidades de expresión externas, una ventana de oportunidad para el auto conocimiento."
Stephorn Kaplan Williams: Manual para la interpretación de los sueños, EDAF, Madrid, 1989.
"Un sueño es una puertecilla escondida en los más íntimos y secretos espacios del alma, abriéndose a esa noche cósmica que fue la psique mucho antes de que hubiera conciencia del ego, y que seguirá siendo la psique por mucho que se extienda nuestra conciencia del ego."
Carl Gustav Jung: La civilización y el hombre moderno, Siglo XXI, México, 1980. "A menudo, al principio del trabajo con sueños, simpre hay alguien que me anuncia que nunca sueña. Después de investigar un poco se revela que, en realidad, la persona sí tiene sueños; lo que ocurre es que a veces no concuerda con nuestro criterio sobre lo que consideramos como un sueño. Se piensa que un 'sueño' es algo especial, una clase de narrativa. Muy a menudo, el sueño flota en la superficie de la memoria, tomando la forma de una sola y ordinaria imagen, algo insignificante y absurdo. Tenemos más preferencia por la narrativa que por la imagen. Sentimos que cuanto más épico es un sueño, más significativo tiene que ser. Sin embargo, a menudo encuentro que la narrativa es menos reveladora que una imagen sola, la cual, cuando realmente entramos en ella, produce un gran fruto."
Robert Bosnak: La práctica del soñar, Obelisco, Barcelona, 1996.
"Los sueños se desarrollan en un continuo a partir de la verdad totalmente literal o totalmente simbólica. La mayor parte se sitúa en algún lugar intermedio, donde el significado psíquico y el simbólico no sólo pueden encontrarse sino superponerse [...] Toda la base para la interpretación del sueño es que una imagen es un sustituto de otra emocionalmente similar [...] Cada sueño formula una pregunta profundamente significativa, responde esa pregunta y a menudo continúa sugiriendo al soñador cómo resolver el dilema expresado en el sueño."
David Ryback: Vea el futuro en los sueños, Martínez Roca, 1994.
"El templo de Esculapio (en griego Asclepius) se erigió en su origen como un lugar de gran energía sanadora donde una persona enferma podía acudir, dormir y tener un sueño intrínsecamente curativo. El rito se fue transformando a lo largo del tiempo y los encargados del templo, o therapeutes, empezaron a hacer de intérpretes de las instrucciones sanadoras ocultas en el simbolismo del sueño. Fue entonces cuando a los sueños se les atribuyó una fuerza curativa menor, y pasaron a ser mensajes crípticos que debían ser interpretados por los terapeutas, los cuales analizaban de un modo adecuado estos comunicados de los dioses con el propósito de determinar el curso correcto. La palabra "terapeuta" tiene pues algo más que un origen etimológico griego."
Richard Yensen: Hacia una medicina psiquedélica, La liebre de marzo, Barcelona, 1998.
"[Para los Auténticos, una tribu de aborígenes australianos] Los sueños son la sombra de la realidad. [...] La tribu utiliza a los evocadores de los sueños para pedirles consejo en cualquier situación. Creen que pueden hallar la respuesta en un sueño si necesitan ayuda para comprender una relación, una cuestión de salud o el propósito de una experiencia determinada... Hacedor de herramientas era un hombre anciano que estaba especializado no sólo en herramientas sino también en pinceles, en utensilios de cocina, en casi todo. Él había pedido consejo sobre dolores musculares. Su sueño trataba de una tortuga que, al salir reptando, había perdido las patas de un lado de su cuerpo y estaba coja.
Después de que Mujer Espíritu hablara con él sobre el sueño, Hacedor de Herramientas llegó a la conclusión de que había llegado el momento de enseñar su oficio a otro. Tiempo atrás le había encantado la responsabilidad de ser un maestro artesano, pero cada vez era menor el disfrute y mayor la presión que se inflingía a sí mismo, así que se le había indicado la necesidad de un cambio. Perdido el equilibrio entre trabajo y diversión, se había convertido en un ser descentrado. En los días que siguieron le vi enseñar a otros. Cuando le pregunté por sus dolores y achaques, se ahondaron las arrugas de su rostro al sonreír y me dijo: 'Cuando el pensamiento se hizo flexible, las articulaciones se volvieron flexibles. No más dolor'."
Marlo Morgan: Las voces del desierto, Punto de lectura, Barcelona, 1991.
"Los sueños son desahogos emocionales en el nivel de la percepción [...] Los sueños son caóticos porque están regidos por tus deseos conflictivos [...] Y mientras lo ves no dudas de que sea real. Mas he ahí un mundo que, aunque claramente sólo existe en tu mente, parece estar afuera. No reaccionas ante él como si tú mismo lo hubieses construido, ni te das cuenta de que las emociones que el sueño suscita no pueden sino proceder de ti. Los personajes del sueño y sus acciones parecen dar lugar al sueño. No te das cuenta de que eres tú el que los hace actuar por tu, ya que, si fueses tú el que actuase, la culpa no recaería sobre ellos, y la ilusión de satisfacción desaparecería...

Estás soñando continuamente. Lo único que es diferente entre los sueños que tienes cuando duermes y los que tienes cuando estás despierto es la forma que adoptan y eso es todo. Su contenido es el mismo [...] El Espíritu Santo, no obstante, aprovecha también el tiempo que pasas durmiendo, y puede, si se lo permites, utilizar los sueños que tienes mientras duermes para ayudarte a despertar". (18:02:02)
Un curso de Milagros, Foundation for Inner Peace, USA, 2000.
“Mientras dormimos es posible que nuestro cuerpo astral se desprenda del cuerpo físico y realicemos lo que se conoce como “viajes astrales” [...] Cuando hacemos viajes astrales nuestro cuerpo astral querría que despertásemos con un claro recuerdo de todas estas experiencias, pero, el cuerpo físico no puede permitirlo, por lo cual hay un conflicto entre ambos cuerpos, y con frecuencia tenemos algunas imágenes asombrosamente deformadas, cosas que realmente no podrían suceder. Siempre que ocurre en el astral algo contrario a las leyes físicas del mundo físico, hay un conflicto, y entonces interviene la fantasía y tenemos pesadillas o las cosas más raras imaginables.
En el astral se puede levitar, flotar hacia arriba, viajar a todas partes, ver a todo el mundo y visitar cualquiera de los centros mundiales [...] en el mundo físico no y por ello, en el conflicto entre el cuerpo físico y el astral hay deformaciones tan extremadas de las experiencias de nuestros viajes astrales que realmente anulan todo beneficio que el astral trata de enviar. Tenemos entonces los llamados sueños que carecen de sentido para nosotros [...] Los sueños son pues, una racionalización de los acontecimientos que ocurren en el mundo astral [...] ¿Dudáis si un sueño es un producto de la imaginación o un recuerdo deformado de un viaje astral? El medio más fácil es preguntaros si veis las cosas con mayor claridad en el sueño. Si es así, entonces es un recuerdo de un viaje astral. Con frecuencia se ve el rostro de una persona amada o se tiene una fuerte impresión de un ser amado: ello se debe a que habéis visitado a dicha persona en un viaje astral [...] ¿Eran los colores más vivos de los que recordáis haber visto en la Tierra? Entonces también es un viaje astral [...] Los llamados sueños son ventanas al otro mundo. Cultivad vuestros sueños, examinadlos; cuando vayáis a dormir por la noche decidid que vais a “soñar realmente”, es decir, que cuando os despertéis por la mañana tendréis un recuerdo claro y puro de lo acontecido por la noche. Puede hacerse, se hace; sólo en el mundo occidental, donde se duda tanto, donde se piden tantas pruebas, la gente lo encuentra difícil... Vosotros también podéis hacerlo, con la práctica y con un sincero deseo de hacerlo sólo por el bien...”
Lobsang Rampa: Usted y la eternidad, Ed. Troquel, Buenos Aires, 1964.
"Recordad que los sueños se relacionan con lo que está en el pasado etérico y aquello que actualmente esté ocurriendo a nivel itérico... Al tener un cuerpo físico sano, vosotros estáis interactuando y fusionándoos con las dimensiones entre aquello que es etérico, y aquello que es itérico. Esto que es etérico es la ignorancia e itérico es la sabiduría. La sabiduría pulsa a 12 ciclos por nanosegundo, la ignorancia lo hace a tasas más lentas. Sabiduría significa que vosotros estáis usando vuestros 7 primeros chakras en conjunción con la 8a, la 9o, la 10a y la 11ª dimensiones. La 12a dimensión es la implicación completa de la 1a a la 11a... La energía etérica está presente si la ignorancia se convierte en el navío responsable de toda la inteligencia. La ignorancia se convierte en vuestra propia entidad intelectual cuando operáis a menos de 12 ciclos por nanosegundo dentro de la 3ra. dimensión."
Karael: Factor Tierra 5, internet: www.mind-surf.net/puerta11.htm
"Existe una gradación infinita de realidades coexistentes, simultáneas, sobre las cuales nos abre el sueño una ventana natural. Este universo es una gradación de planos de conciencia que se escalonan sin interrupción de la materia al Espíritu puro y todo se sitúa en el seno de estos planos: nuestra vida, nuestro sueño y nuestra "muerte"... Vida, muerte, sueño no son sino diferentes posiciones de la conciencia en el seno de esta misma gradación... Cobrar conciencia de estos diversos grados de realidad es, pues, nuestra tarea fundamental, y cuando hayamos realizado íntegramente esta labor, desaparecerán las artificiales líneas de demarcación que separaban nuestros diversos modos de vida y pasaremos sin interrupción o sin lagunas de conciencia, de la vida al sueño y a la muerte, o, más exactamente, ya no habrá ni muerte ni sueño como nosotros lo entendemos, sino diversas maneras de percibir continuamente la Realidad total y, acaso, por último, una conciencia integral que todo lo percibirá simultáneamente."
Satprem: Sri Aurobindo o la aventura de la conciencia,Obelisco, Baarcelona, 1983 "Los sueños son recuerdos. Los sueños no son meros mensajes simbólicos del incosciente, aunque mucha gente sólo los acepte de esta manera. Los sueños pueden tener mensajes simbólicos, pero sólo en el nivel más superficial [...] El mundo de los sueños es en realidad una experiencia de Viaje del Alma imperfectamente recordada. Cuando el recuerdo no es muy vívido, le llamamos sueño [...] Se trata de experiencias de vida en mundos más amplios [...] Estas experiencias internas son tan importantes para adquirir sabiduría, conocimiento y entendimiento, como cualquier experiencia aquí en la Tierra."
Klemp, Harold: The art of spiritual dreming, Eckankar, Mineapolis, USA, 1999. "¿Qué son los sueños? ¿Son manifestaciones, recuerdos, deseos o mensajes importantes del inconsciente? ¿Dónde se producen los sueños? ¿En los circuitos del cerebro o en algún compartimiento oculto de nuestro ser? ¿Por qué soñamos? ¿Para ordenar los pensamientos, para resolver problemas que no han sido formulados o para descubrir verdades esenciales sobre nosotros mismos? Todas estas preguntas han fascinado a la gente durante siglos [...] Aprender de nuestros sueños equivale a profundizar en el conocimiento sobre la relación entre la conciencia y el inconsciente.
"David Fontana: El libro de los sueños, Ediciones B, Barcelona, 1998.
"Un lama de la tradición budista tibetana se refería a los sueños como simples juegos con la excepción de la experiencia lúcida del soñar, cuando esa experiencia surge como producto de un desarrollo individual de claridad meditativa, a través de la práctica nocturna del dsogchen de la luz clara o del yoga tántrico del sueño... No hay duda de que los sueños lúcidos y las experiencias de claridad son acontecimientos fascinantes que parecen tener beneficios positivos para aumentar la propia estimación, la integración de la personalidad, y la superación del miedo. Además es importante situar la ocurrencia de estos sueños en el contexto de la búsqueda de una transformacióne espiritual o Iluminación."
Namkhai Norbu Rimpoché: El Yoga de los Sueños, Ediciones Dharma, España, 2002.
"Recuerde todas las veces que ha conducido por la autopista sin aparentemente prestarle ninguna atención. De pronto mira a la carretera y comprende que alguien ha estado ejerciendo el juicio y el control; al instante sabe que ese alguien es usted. El sueño opera de una manera similar. Habitualmente, no es consciente de su control; pero, evidentemente, sólo usted es el autor de sus sueños, incluyendo en eso hasta las palabras exactas pronunciadas por los personajes del sueño, hasta el último ladrillo de la casa que aparece en ellos y el número preciso de pétalos de una flor en el jardín de su sueño. Comprender este hecho es como darse cuenta de pronto de que está conduciendo el coche; dicho de otro modo, despertar dentro del sueño requiere un cambio sutil de la atención, para que aprenda a ser más consciente de lo que está haciendo."
Keith Harary y Pamela Weintraub: Sueños lúcidos en 30 días, Edaf, España, 1990.
http://www.mind-surf.net/talleres/queson.htm

lunes, 3 de mayo de 2010


LA IMPORTANCIA DE CERRAR HERIDAS Y ABRIR PUERTAS



Ps. Paulo Daniel Acero Rodríguez


El desarrollo humano es uno de los temas centrales de organismos internacionales como las Naciones Unidas y preocupación de primer orden de los líderes mundiales, pues se entiende que no se puede separar el desarrollo económico, tecnológico y social del desarrollo de los seres humanos. Si se tienen los mejores recursos y desarrollos, pero los seres humanos se estancan, están inermes, se perciben incapaces y se resignan como si estuvieran fosilizados psicológica, emocional y espiritualmente, tendremos un futuro poco prometedor.

Desde esta reflexión, se asume que lo que garantizará un mundo mejor a las generaciones venideras, no es solo que se superen las brechas económicas y las inequidades sociales (lo cual no implica no sea una necesidad urgente), sino que se trabaje por seres humanos que, convencidos de que son superiores a aquello que les sucede, acepten el reto que la vida les hace, miren al futuro con esperanza y que tengan la determinación de abandonar la posición victimista de quedarse culpando enteramente al pasado o al presente, por su actualidad difícil y por su futuro incierto.

Si bien no se puede desconocer que los faltantes económicos, afectivos y económicos hacen mella en el ser humano en crecimiento ( y aún en aquellos que, presuntamente, ya dejaron de crecer – hasta en el proceso de la muerte hay aprendizajes y crecimientos-), tampoco se puede ignorar lo que la historia nos muestra en innumerables casos en los cuales quedan en evidencia seres humanos que han superado esos faltantes y han desarrollado estrategias de afrontamiento y características que les permite, no solamente resistir los embates de la tragedia y la adversidad, sino adoptar posiciones flexibles para reacomodarse y, aún más, crecer a partir del evento adverso, a la manera del águila que usa el viento contrario para remontarse más en las alturas.

Desde nuestra experiencia, uno de los obstáculos más grandes para crecer y desarrollarnos como seres humanos, consiste en la imposibilidad para cerrar heridas y abrir puertas para avanzar al futuro.

CARACTERÍSTICAS DE QUIENES NO HAN CERRADO HERIDAS:

- Quienes no han cerrado heridas suelen ser personas temerosas del futuro y, con frecuencia, tienen a flor de labios un “pero es que...”, un “y que tal que...” o un “este no es el momento para...”, es decir, buscan continuos justificantes para la no acción, para el no avance.
- Quienes no han cerrado heridas, no solamente pasan por la vida “mirando por el espejo retrovisor” sino que tienen como patrón de comportamiento señalar que lo que otros hicieron o dejaron de hacer en pasados años, días o meses, es la causa directa de que ellos no hayan podido alcanzar sus sueños. No dudan en señalar a otros como responsables de lo que a ellos les sucede. En términos más psicológicos, son personas con locus de control externo.
- Quienes no han cerrado heridas, con frecuencia, viven en función de criticar a los demás y no son capaces de reconocer los logros de otros y de dar crédito a que los mismos se deben a la inteligencia, entereza o habilidades de ellos, sino que pregonan que lo que los demás han obtenido ha sido producto de la suerte, del destino, de las influencias o. inclusive, de las trampas o artimañas utilizadas.
- A quienes mantienen heridas abiertas, les cuesta mucho “gozarse con los que se gozan” y les es difícil felicitar sinceramente a otros por sus avances y conquistas.
- Las personas que tienen heridas emocionales sin cerrar, buscan que los demás los compadezcan por “la vida tan dura que les ha tocado” y encuentran satisfacción en que se les diga: “antes no estas más mal”, es decir, adoptan una posición de víctimas y les encantan las políticas asistencialistas de las personas y de los gobiernos.
- Quienes tienen heridas sin sanar, tienen temor a establecer relaciones serias de pareja y por ello son superencantadores cuando las relaciones se mantienen en lo superficial, pero, a medida que se les pide asumir compromisos, o que ven que las relaciones van tomando visos de madurez, provocan situaciones que lleven a la ruptura.
- Cuando alguien no ha cerrado bien sus heridas, se deja dominar por el temor de dejar la casa paterna, y en los casos en que se atreven a dejarla solo lo hacen físicamente, pues no ponen limites a las relaciones permitiendo o invitando a sus padres a que tomen parte de las decisiones al interior de la pareja como por ejemplo: dónde vivir, como decorar, cuando y cuantos hijos tener, entre otros.
- Si no han cerrado adecuadamente sus heridas, cuando son padres, estas personas se interponen continuamente en las relaciones sociales y amorosas de sus hijos, manifestando que ninguna persona “da la talla” de los que su hij@ merece.
- Quienes tienen heridas sin cerrar, pueden llegar al extremo de enfermar a sus propios hijos para obtener ganancias secundarias, como por ejemplo, asegurarse compañía (Síndrome de Munchausen)
- Cuando una persona no ha cerrado sus heridas, ante la muerte o separación de un ser querido, suele hacer duelos complicados porque cree que ellos le dejaron el mandato de que, la única manera de demostrarles que si fueron queridos, es que jamás vuelvan a ser felices y, en consecuencia suelen sentirse mal por sentirse bien.
- Quienes no han realizado el proceso de cerrar sus heridas, “no se alegran, pero sienten un fresco” cuando otros fracasan, pues ello les hace sentirse mejor dado que “es bueno confirmar que somos los únicos caídos en desgracia…”.

Por otro lado; quienes han realizado el proceso intra e interpersonal que permite cerrar heridas, se colocan en disposición para poder, sin ningún lastre, realizar el proceso de abrir puertas.

CARACTERÍSTICAS DE QUIENES ABREN PUERTAS:

- Quienes abren puertas para si y para otros, reconocen, tanto con la razón como con la emoción, que las partidas y las separaciones son inherentes al hecho de estar vivos.
- Las personas que han dado el paso para abrir puertas, se dan el permiso de llorar cuando experimentan alguna tristeza, pues reconocen que las lágrimas son una respuesta natural a la aflicción.
- Los que se colocan en posición de abrir puertas, no temen mostrarse vulnerables, de manera que pueden hablar con otros de sus temores y vacíos, dándose la posibilidad de recibir expresiones de apoyo y compañía.
- Quienes abren puertas, reconocen que hay cosas que no se pueden manejar solos y, en consecuencia, se permiten buscar ayuda.
- Las personas que cerraron sanamente sus heridas y abren puertas, prefieren abrazar a otros que abrazarse a la pena.
- Quienes abren puertas son capaces de reconocer y expresar sus emociones, pues comprenden que no hay emociones buenas ni malas sino emociones expresadas adecuada o inadecuadamente y que el mayor problema es no darle palabras al dolor, pues cuando esto no se hace el cuerpo habla a través de las enfermedades.
- Quienes han determinado permitir que sus heridas cierren, a pesar de lo doloroso del proceso, y abren nuevas puertas, construyen un recuerdo agradecido de las personas que les acompañaron por algún momento, largo o breve de la vida, pues comprenden que cada persona que nos acompaña en el camino de la vida trae una lección que no debe ser desestimada.
- Los seres humanos que abren puertas generan para si y ayudan a otros a generar identidades diferenciadas, pues saben que obligar a otros a cumplir los sueños propios, equivale a impedir que ellos realicen los suyos.
- Para estar en el grupo de quienes abren puertas, hay que tomar la determinación de no reprobar el curso en el que nos inscriben quienes se separan de nuestro lado, y se disponen a integrar la experiencia vital de la pérdida y construir sentido a partir de la experiencia compartida y la nueva etapa que viene con toda pérdida.